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23 jun. 2021
El acero es la base de todo cuchillo, la herramienta más importante de la humanidad desde la antigüedad. A simple vista, un cuchillo de acero parece sencillo.

Sin embargo, si observamos de cerca las icónicas navajas Victorinox, nos daremos cuenta de lo versátiles, sofisticadas y funcionales que son. En gran medida, estas características se basan en las extraordinarias propiedades del acero inoxidable de las navajas suizas.

Comienzo del triunfo de las navajas Victorinox

Hoy, unos mil trabajadores participan en la cadena de producción de las navajas suizas. Decenas de miles de artículos salen de la línea de producción cada día, pasando por cientos de pasos de producción. Prácticamente todo lo que se produce, se exporta: estos cuchillos se utilizan en más de cien países de todo el mundo. Los productos encuentran su lugar en el escritorio del oficial, así como junto a la herramienta del zapatero o en el escritorio de los presidentes de los Estados Unidos. A nivel nacional, la navaja multiusos Victorinox se ha convertido en un auténtico icono. Desde hace más de un siglo, esta herramienta de acero está al servicio del ejército suizo. Y la propia expresión "navaja suiza" se ha convertido en una expresión fija en Suiza: es sinónimo de "funcionalidad" y "versatilidad".

La empresa suiza Victorinox fue fundada por Karl Elsener, procedente de una familia de merceros que durante generaciones fue propietaria de una tienda en Zug (Suiza). El joven Karl entró a trabajar como aprendiz en los talleres de cuchillería de Francia y Alemania. Allí aprendió a fabricar material quirúrgico. Aunque Elsener no quiso continuar con el negocio familiar de mercería, tuvo el apoyo incondicional de su madre Victoria.

En 1884, a punto de cumplir los veinticinco años, Karl hace su primer cuchillo en su propio taller, en la pequeña localidad de Ibach, cerca de Ginebra. Es el día de la fundación de la mundialmente conocida empresa de fabricación de navajas suizas (en aquel entonces todavía se llamaba Elsener). Hoy en día, la icónica mega factoría de Victorinox sigue siendo una empresa familiar, dirigida por Carl Elsener IV.

Otro hito en el desarrollo de la empresa se produce en 1891, cuando Carl Elsener I reunió a treinta fabricantes de cuchillos suizos para que formaran parte de la Asociación que sigue existiendo hasta hoy. En aquella época, las navajas se elaboraban a mano y el volumen de producción de cada taller era bastante reducido. Los artesanos necesitaban pequeños lotes de metal y otros elementos que no eran baratos. Al crear la Asociación, Elsener consiguió que tanto él como sus colegas pudiesen ahorrar en materias primas para fabricar sus navajas. Además, la consolidación de las instalaciones de producción permitió a los miembros de la Asociación recibir un envidiable pedido para producir navajas para los soldados del ejército suizo, arrebatándoles así el contrato a los fabricantes alemanes.

Navaja suiza Victorinox: al filo de la victoria

Pero al haber echado a los competidores extranjeros del mercado nacional, Elsener no pudo enfrentarse a los fabricantes locales. En 1893, otra empresa suiza, Paul Boéchat & Cie (más tarde Wenger SA), recibió un pedido para abastecer de navajas al ejército. Las dos empresas estuvieron luchando por la clientela con mayor o menor éxito, hasta que en 2005 Victorinox compró a su competidor de toda la vida.

En ese momento, los representantes de la empresa explicaron la compra ante la amenaza de retirada de los activos del fabricante suizo Wenger a un inversor extranjero. Según los representantes de Victorinox, esta operación podría significar un deterioro de la calidad de los productos tradicionales suizos. Al mismo tiempo, se anunció que Wenger tendría carta blanca en la política de marketing, producción y ventas. Pero en 2014, la producción de las navajas de la marca Wenger se suspendió por completo. Así, Victorinox se conviertie en el único fabricante de navajas militares de Suiza.

Desarrollo de la producción de navajas

Allá por los años noventa del siglo XIX, la batalla final estaba demasiado lejos: Carl Elsener y Wenger competían desesperadamente por conseguir un pedido para fabricar la navaja Modell 1890. Tenía una sola hoja, un escariador (una herramienta para manipular agujeros), un abrelatas y un destornillador. La navaja se utilizaba principalmente para abrir latas y montar o desmontar el fusil M1889, que era el que estaba en servicio en el Ejército Suizo.

En cualquier caso, Elsener tenía su propia opinión sobre la Modell 1890. En 1897, Karl creó y patentó el diseño del producto, que hoy es mundialmente conocido como la "navaja suiza". El artesano creó un diseño que permitía acoplar muchas herramientas al mango por medio de un muelle. Además, Elsener añadió funciones adicionales a la navaja, diseñadas pensando en los oficiales del ejército suizo. A las herramientas se añadió una pequeña hoja para borrar errores escritos en los documentos, así como... un sacacorchos.

La innovación fue un auténtico éxito comercial. No solo los oficiales militares suizos querían tener una navaja militar, sino también los civiles, estudiantes, agricultores, trabajadores... El gran interés que despertó el modelo patentado hizo que se creasen múltiples variedades de navajas con las más diversas funcionalidades. Elsener colocó en un muelle una lima de uñas, unas tijeras, unas pinzas, una lupa, etc., hasta 30 herramientas en total. El modelo llamado "Champion", con 24 funciones diferentes, se considera ahora la cúspide del diseño industrial y se expone en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Las compras desenfrenadas de finales del siglo XIX mejoran mucho la situación financiera de la empresa de Elsener. En 1909, fallece la muy querida madre de Elsener, Victoria. Tras sufrir la pérdida, el empresario cambia el nombre de la empresa y la Elsener se convierte en Victoria. Al mismo tiempo, Carl registra el famoso logotipo: una cruz blanca sobre un escudo rojo, que se sigue utilizando hoy en día.

En 1945, al acabarse la Segunda Guerra Mundial, la empresa Elsener vivió un nuevo boom. La moda de la navaja suiza se extendió entre el personal del ejército aliado. Casi todos los soldados que volvían a casa de los campos de batalla deseaban tener una navaja Victorinox de recuerdo.

Navaja suiza Victorinox: al filo de la victoria

Acero de las navajas suizas

A principios de los años 20 del siglo pasado, el inglés Faraday y el francés Berthier descubrieron un tipo de acero resistente a la corrosión. Carl Elsener no tardó en reconocer las propiedades únicas del acero inoxidable e inmediatamente empezó a introducirlo en la fabricación de cuchillos. Es más, Elsener deseando perpetuar este extraordinario descubrimiento, cambió el nombre de su empresa añadiéndole la palabra “inox”, término francés que designa al acero inoxidable. Así es como la marca Victorinox adquirió todos los atributos que hoy en día conocen los consumidores.

No es casual esta adoración por un material novedoso. Lo más importante de toda navaja es su hoja de acero. Precisamente el acero determina la durabilidad y el afilado de la herramienta, así como los medios para afilarla, etc. Antes de la aparición del "acero inoxidable", la corrosión era todo un problema para los fabricantes y propietarios de cuchillos. Una vez que aparecía, la corrosión penetraba cada vez más en la hoja, y ya era casi imposible frenarla. Al mismo tiempo, las primeras pérdidas en la productividad se produjeron cuando se corroía el filo de la herramienta de apenas medio milímetro de ancho.

En 1931, la empresa eléctrica suiza más antigua, Brown, Boveri & Compagnie, recibió el pedido de Victorinox para construir la primera máquina de templado por inducción del mundo. Esta innovación ha asegurado una alta calidad constante de las navajas Victorinox.

¿De qué material están hechas las navajas suizas de hoy? La empresa emplea el acero Dauphinox, producido en Francia por Bonpertuis. Se trata de un acero con alto contenido en carbono y resistente a la corrosión (gama X55CrMo14, X50CrMoV15, X46Cr13 y X38CrMo14, según el tipo de herramienta).

A día de hoy, la producción de cada hoja de una navaja suiza comienza siendo acero en bruto. Antes de usarlo en la cadena de producción, se inspecciona cada centímetro de metal en la fábrica (a pesar de la impecable reputación del fabricante de la materia prima). Se analiza la uniformidad, contenido y el cumplimiento de las especificaciones. Cualquier imperfección afecta a la durabilidad y a la resistencia a la corrosión. Para Victorinox, la confianza en las características del acero le permite ofrecer a sus clientes una garantía de por vida en sus productos.

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